VATICANO,
En la Audiencia General de hoy celebrada en la Plaza de San Pedro ante unas 20 mil personas, el Papa Benedicto XVI continuó con las catequesis sobre San Pablo y destacó que en la Cruz de Cristo se manifiesta el amor infinito de Dios por los hombres, y cómo a ese amor deben entregarse los cristianos para encontrar la verdadera sabiduría.
El Santo Padre explicó que luego de su encuentro con el Señor en Damasco, la existencia de San Pablo "quedó marcada por el significado central de la Cruz: entendió que Cristo había muerto y resucitado por todos y por sí mismo. En la Cruz se había manifestado el amor gratuito y misericordia de Dios".
"Para San Pablo, la Cruz tiene un lugar principal en la historia de la humanidad y es el punto central de su teología, porque decir Cruz quiere decir salvación como gracia para todas las criaturas. El tema de la Cruz de Cristo se convierte en un elemento esencial y primario de la predicación del Apóstol", continuó.
Seguidamente señaló que el "escándalo y necedad" de la Cruz, a la que se refiere San Pablo, están precisamente "en el hecho de que donde parece reinar sólo el fracaso, el dolor y la derrota, es donde se manifiesta todo el poder del Amor infinito de Dios".
"Si para los judíos, el motivo del rechazo de la Cruz se halla en la Revelación, es decir la fidelidad al Dios de los Padres; para los griegos, es decir los paganos, el criterio de juicio para oponerse a la Cruz es la razón. Para estos últimos, la Cruz es muerte, necedad, literalmente insipiencia, o sea, un alimento sin sal. ¡Era claramente inconcebible creer que un Dios pudiese terminar en una Cruz! Hoy vemos cómo esta lógica griega es también la lógica común de nuestro tiempo".
El Papa cuestionó luego: "¿Por qué San Pablo hizo precisamente de la palabra de la Cruz el punto fundamental de su predicación? La respuesta no es difícil: la Cruz revela 'la potencia de Dios', que es diversa del poder humano; revela su amor".