VATICANO,
Decenas de miles de personas se dieron cita este mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración mariana recordó
Refiriéndose a la ya clausurada Asamblea General del Sínodo de los Obispos, el Pontífice afirmó que toda asamblea sinodal “es una fuerte experiencia de comunión eclesial, pero que esta lo ha sido aún más porque el centro de la atención fue aquello que ilumina y guía a la Iglesia: la Palabra de Dios que es Cristo en persona”.
El Santo Padre hizo referencia también al significado de la palabra “iglesia”, indicando como “experimentamos la alegría de ser convocados por la Palabra y habernos encontrado en camino dentro de esta, como en nuestra tierra prometida, haciéndonos pregustar el Reino de los cielos”.
“Un aspecto sobre el que se reflexionó es la relación entre Palabra y palabras, es decir entre el Verbo divino y las escrituras que lo expresan. Todo texto debe ser leído e interpretado teniendo presentes la unidad de toda la Escritura, la viva tradición de la Iglesia y la luz de la fe”.
El Papa agregó que “si bien la Biblia es también una obra literaria, más aún, el más grande código de la cultura universal, también es verdad que esta no debe ser despojada del elemento divino, sino que debe ser leída en el mismo Espíritu con el que ha sido compuesta. Exégesis y lectio divina son necesarias y complementarias para buscar, mediante el significa literal, aquel significado espiritual que Dios quiere comunicarnos hoy”.
Finalmente el Papa, haciendo propia la exhortación de los Patriarcas de las Iglesias Orientales, dijo: “Pido a los responsables civiles y religiosos de todos los países, conscientes de su rol de guías y de referencia por la población, realizar gestos significativos y explícitos de amistad y de consideración frente las minorías cristianas o de otras religiones, defendiendo cual punto de honor sus legítimos derechos”.