VATICANO,
En una declaración emitida hoy titulada "Cristo es nuestra paz", los obispos y cardenales reunidos en el Sínodo de los Obispos subrayaron la necesidad de defender los derechos de las Iglesias Orientales, cuyos fieles católicos con frecuencia sufren persecución a causa de la fe.
En el mensaje dado a conocer por L'Osservatore Romano y entregado al Papa esta mañana, los firmantes de este documento agradecen primeramente al Santo Padre "por elevar incansablemente la súplica a Dios y la voz a favor de los hermanos y hermanas del Oriente. Con ese ejemplo, también nosotros como discípulos de Cristo, padres y cabezas de las Iglesias Orientales Católicas, renovamos el ruego a Dios y exhortamos a todos para que se confirme todo intento de favorecer la paz en la libertad, la verdad y el amor".
Tras advertir que muchos de estos hermanos sufren los cardenales y obispos precisan que tienen el "deber de hacerse intérpretes de sus justificadas esperanzas por una vida digna que se pueda garantizar a cada uno en una provechosa convivencia social".
Piden asimismo y de manera particular por "Tierra Santa, en donde nació Cristo Redentor, por el Líbano, Irak e India; para que en paz y justicia sea garantizada una verdadera libertad religiosa".
Luego de expresar su cercanía a los cristianos en estos lugares "y a quienes están impedidos de profesar su fe", rinden homenaje "a los cristianos que recientemente han perdido la vida en fidelidad al Señor" a causa de la violencia fundamentalista anti-cristiana.
Asimismo hacen un llamado "a los cristianos y hombres de buena voluntad para que practiquen el respeto y la acogida del otro en la vida cotidiana, haciéndose cercanos a quienes están necesitados, cercanos o alejados"; "a los pastores y responsables religiosos para que prediquen y favorezcan esta tarea, apoyando y multiplicando las iniciativas de mutuo conocimiento, diálogo y apoyo"; "a la comunidad internacional y a todos los gobernantes para que garanticen a nivel legislativo la verdadera libertad religiosa superando toda discriminación y dando ayuda a quienes son obligados a dejar la propia tierra por motivos religiosos".