VATICANO,
Al recibir este jueves a los Obispos del Ecuador que concluye su visita Ad Limina, el Papa Benedicto XVI señaló que la Iglesia en este país tiene el derecho a hacer oír su voz en el ámbito de la vida pública.
Luego de manifestar “mi profundo pesar por la muerte del Cardenal Antonio José González Zumárraga”, el Pontífice constató “con satisfacción que una de las iniciativas pastorales que consideráis más urgentes para la Iglesia en Ecuador es la realización de la "gran misión" convocada por el Episcopado Latinoamericano en Aparecida, y que ha sido confirmada en el Tercer Congreso Americano Misionero”
“También hoy, como en todas las épocas y lugares, los hombres tienen necesidad de un encuentro personal con Cristo, en el que puedan experimentar la belleza de su vida y la verdad de su mensaje”, agregó.
“Para hacer frente a los numerosos desafíos de vuestra misión –prosiguió el Santo Padre-, y en medio de un ambiente cultural y social que parece olvidar las raíces espirituales más profundas de su identidad, os invito a abriros con docilidad a la acción del Espíritu Santo, para que, impulsados por su fuerza divina, se renueve el ardor misionero de los inicios de la predicación evangélica, así como del primer anuncio del Evangelio en vuestras tierras. Para ello, resulta necesario llevar a cabo un generoso esfuerzo de difusión de la Palabra de Dios, de tal manera que nadie se quede sin este imprescindible alimento espiritual, fuente de vida y de luz”.
“La lectura y meditación de la Sagrada Escritura, en privado o en comunidad, llevará a la intensificación de la vida cristiana, así como a un renovado impulso apostólico en todos los fieles”, añadió.
El Papa destacó luego la importancia de los sacerdotes: “Como padres y hermanos, llenos de amor y de reconocimiento hacia vuestros presbíteros, debéis acompañarles con la oración, afecto y cercanía, asegurándoles, además, una adecuada formación permanente que les ayude a mantener vibrante su vida sacerdotal”. “Asimismo, seguid alentando a los religiosos en su testimonio de vida consagrada, que tantos frutos de santidad y de evangelización han dado en esas tierras, y animarles para que, fieles a su carisma y en plena comunión con los Pastores, prosigan en su abnegado servicio a la Iglesia”, dijo también.