NUEVA DELHI,
El Arzobispo de Bhopal y Director del Consejo de Obispos Católicos de Madhya Pradesh (India), Mons. Leo Cornelio, envió una carta al Primer Ministro en la que solicita que en la reunión del Consejo Nacional de Integración en la que se va a tratar el tema de la persecución y ataques en la zona de Orissa, también se consideren los graves hechos ocurridos en su región.
El Prelado explica en su misiva como durante los últimos 5 años la región de Madhya Pradesh ha sido también una zona en la que los cristianos son perseguidos y atacados; y sus templos incendiados y destruidos. "En algunos casos iglesias de más de 80 años fueron incendiados, incluso religiosas en distintos lugares como Indore, Ujjain, Bhopal etc. también sufrieron a raíz de los mismos. Asimismo los ataques en algunos casos han sido realizados por los activistas (hindúes) de las organizaciones de Sangh Parivar".
Cuando esto ha sido así, continúa el Arzobispo, "la policía y la administración se convirtieron en mudos espectadores de tales incidentes. Incluso han habido ocasiones en los que la policía ayudó a los atacantes en sus actos nefastos. Hemos llamado la atención de esto al Ministro, al Secretario y al Director General de la Policía buscando su intervención. Pero nuestros esfuerzos nunca lograron ningún resultado positivo".
Además de esta situación, precisa el Prelado, "los líderes de Sangh Parivar no hay criticado la violenta actividad en nuestra región" y además otro líderes fundamentalista hindú ha alabado los ataques a los cristianos de Orissa y advirtió que tales ataques "continuarían en mayor intensidad y determinación".
"Por lo tanto –finalizó– renuevo el pedido de incluir los incidentes de Madhya Pradesh en la agenda de la próxima reunión del Concejo Nacional de Integración".
Al concluir su carta, el Arzobispo hace un extenso y pormenorizado recuento de los 111 ataques a cristianos en distintas zonas de Madhya Pradesh entre el 20 de abril de 2004 y el 18 de septiembre del presente. En ellos, unas 200 cristianos fueron atacados, varias decenas de familias perdieron sus hogares; unas 10 personas del clero entre religiosos, religiosas y sacerdotes fueron golpeados y en algunos casos arrestados bajo falsos cargos. Decenas de iglesias y escuelas católicas, así como templos cristianos fueron atacados e incendiados. En uno de los más brutales ataques, una niña de 11 años fue violada y asesinada en el baño de una iglesia católica.