ROMA,
En un artículo publicado en L'Osservatore Romano, Stefan Heid, Profesor de Liturgia y Hagiografía en el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana, precisó que en "su sustancia y origen el celibato es una decisión espiritual" que "requiere una fuerza interior".
En el artículo titulado "El Origen del celibato en la Iglesia primitiva", Heid explica que "la renuncia al matrimonio no indica una forma perfecta y simple de sexualidad, como tal vez se pensaba teniendo presente la vida angélica del cielo. Era una ilusión temporal que no tenía presente la realidad".
Seguidamente comenta que "los sacerdotes que caen en su propia sexualidad no faltan en alguna época de la Iglesia. Como toda decisión de la vida, que conlleva un largo plazo, también el celibato requiere una fuerza interior. Puede ser vivida solo por un sacerdote sano, capaz también del matrimonio, e incluso así; es siempre un don y una lucha. Se trata de la decisión 'por el Reino de los cielos'".
Al referirse al origen del celibato en la Iglesia, el experto señala que las primeras grandes decisiones pastorales de los Papas, documentadas a partir del siglo IV, tenían que ver "con el celibato del clero. Esta, sin embargo, no era la primera vez que se hablaba de una disciplina célibe obligatoria y se reflexionaba sobre su significado y origen. Los Pontífice consideraban que el celibato era una tradición apostólica: el celibarto venía entonces del periodo de los Apóstoles, del primer siglo".
Luego de comentar que en la Iglesia primitiva es cierto que habían algunos sacerdotes casados, Heid se cuestiona: ¿cómo se llega a la continencia en la vida de los clérigos? y responde: "De la vida de Jesús no se puede retirar la continencia, como no se puede eliminar los milagros o los exorcismos. Cuando Jesús hablaba de los eunucos a causa del Reino de los cielos, este discurso era entendido como de continencia perfecta por todo el grupo de discípulos, independientemente del hecho que los Apóstoles fueran casados o no".
"El estilo de vida apostólica: pobreza, continencia, misión; no eran sino la modalidad de vida del Señor y producía una fuerte fascinación en la Iglesia pascual y ha llegado a ser, por ella, el principio vital carismático. Esto constituía al mismo tiempo, también la raíz de la continencia de los clérigos que, al menos al inicio, no era una 'disciplina' pero correspondía a la alta exigencia moral y religiosa de los cristianos. En tal ámbito juega su rol también el aspecto sacerdotal. Es experiencia religiosa primitiva de la humanidad que la continencia sexual es una exigencia de temor religioso", continuó.