ROMA,
El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, destacó que la política necesita del Cristianismo, durante su intervención en el encuentro "El siglo de la fe" realizado hoy en Roma en el Palazzo de Carolis, al presentarse el último número de la revista trimestral de política internacional Aspenia.
En su intervención, recogida por L'Osservatore Romano, el Purpurado dijo que "la política necesita de la religión, y cuando Dios es ignorado, la capacidad de respetar el derecho y reconocer el bien común comienza a desvanecerse" lo que se puede verificar en el fracaso de "todas las ideologías políticas, incluso las de signo opuesto, y me parece que lo confirma la hodierna crisis financiera. Allí donde se busca el propio provecho, en breve término y casi identificándolo con el bien, se termina por anular el mismo provecho".
Al hablar luego de una llamada ética "laica", el Cardenal precisó que cuando ésta no se inspira en la "trascendencia, termina por estar más expuesta a las fragilidades humanas y las dudas. Por este motivo, pese a que en nuestra época se proclaman con particular solemnidad los derechos inviolables de la persona, a estas nobles proclamaciones se contraponen con frecuencia, en los hechos, una trágica negación de las mismas. Basta pensar en la pobreza creciente, en la persistente imposicion de ciertos modelos culturales o económicos o en la intolerancia".
"Demos un paso más allá. Quiero subrayar entonces que, para gestar la globalización, la política no necesita solo de una ética inspirada en la religión, sino que necesia que tal religión sea racional. Para esto, la política necesita del cristianismo", precisó.
Tras hablar de la profundización greco-romana del cristianismo y luego de comentar que al ser un filósofo cristiano se convierte en verdadero desarrollador de la filosofía, el Purpurado vaticano indicó que la fuerza "que ha transformado el cristianismo en una religión mundial está exactamente en su síntesis entre razón, fe y vida. Esta combinación, tan potente que hace verdadera la religión que la manifiesta, es tambiénn la que puede consentir a la verdad del cristianismo resplandecer en el mundo globalizado y en el proceso de mundialización".
El Secretario de Estado dijo además que con la mirada laicista que cunde en muchos lugares, "argumentos y razones teísas y religiosas no podrían ser invocados públicamente en una sociedad democrática y liberal, mientras que sí se puede apuntar a argumentos racionalistas y seculares, con una clara violación del criterio de igualdad y reciprocidad que está en la base del concepto de justicia política".