LOURDES,
El domingo por la tarde, el Papa Benedicto XVI se reunió con los obispos franceses en el Hemiciclo Santa Bernadette de Lourdes, abordó los distintos desafíos que enfrenta la Iglesia en Francia y recordó a los sacerdotes que “su vida espiritual es el fundamento de su vida apostólica”.
El Santo Padre recordó a los pastores que ante los retos planteados en el mundo de hoy, urge impulsar la labor evangelizadora y recordó que “la catequesis no es tanto una cuestión de método, sino de contenido”.
“Una esmerada preparación de los catequistas -continuó- permitirá la transmisión íntegra de la fe, a ejemplo de San Pablo, el más grande catequista de todos los tiempos, al que miramos con admiración particularmente en este segundo milenio de su nacimiento”.
Para una “tarea evangelizadora eficaz”, dijo el Santo Padre, “necesitáis colaboradores. Por eso se han de alentar más que nunca las vocaciones sacerdotales y religiosas. Quisiera agradecer cordialmente y alentar a todas las familias, parroquias, comunidades cristianas y movimientos de la Iglesia que son la tierra fértil que da el buen fruto de las vocaciones”.
En este sentido, reiteró que “el sacerdocio es esencial para la Iglesia, por el bien mismo del laicado. Los sacerdotes son un don de Dios para la Iglesia. No pueden delegar sus funciones a los fieles en lo que se refiere a las misiones que les son propias. Su vida espiritual es el fundamento de su vida apostólica. Exhortadles con dulzura a la oración cotidiana y a la celebración digna de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”.
Benedicto XVI puso de relieve que “todo sacerdote debe poder sentirse dichoso de servir a la Iglesia” y pidió que “a ejemplo del cura de Ars, hijo de vuestra tierra y patrono de todos los párrocos del mundo”, recordaran “que un hombre no puede hacer nada más grande que dar a los fieles el cuerpo y la sangre de Cristo, y perdonar los pecados. Tratad de estar atentos a su formación humana, intelectual y espiritual, y a sus recursos para vivir”.