VATICANO,
En una carta enviada al Obispo de Brescia, Mons. Luciano Monari, por el 30 aniversario del fallecimiento de Pablo VI, el Papa Benedicto XVI destacó que con el paso del tiempo se hace cada vez más evidente el aporte, la heredad y el magisterio de este Siervo de Dios que guió a la Iglesia en una época signada por no "pocos desafíos y problemáticas".
Tras saludar a la Iglesia en Brescia, de donde el Papa Montini recibió el don de la fe "y aprendió los valores de piedad, cultura y humanidad, a los cuales siempre ha conformado su existencia de sacerdote, obispo y Sucesor de Pedro", el Santo Padre comentó que Pablo VI "fue llamado por la providencia divina a guiar a la Iglesia en un periodo histórico signado por no pocos desafíos y problemáticas. Al recorrer con el pensamiento los años de su pontificado, aparece el ardor misionero que lo animó y lo alentó a emprender viajes apostólicos, incluso a naciones lejanas".
Luego de recordar que fue Pablo VI quien lo nombró Arzobispo de Munich y luego lo creó Cardenal, Benedicto XVI aseguró que el nombre de este "Pontífice está ligado sobre todo al Concilio Ecuménico Vaticano II. El Señor ha querido que un hijo de la tierra bresciana llegara a ser timonel de la barca de Pedro durante la celebración conciliar, en los años de sus primeras actividades".
"Con el pasar de los años se hace siempre más evidente la importancia para la Iglesia y para el mundo de su pontificado, como también su inestimable heredad y magisterio de virtud que ha dejado a los creyentes y a la humanidad entera", indica la carta fechada el 26 de julio y que fue dada a conocer hoy.
Tras señalar que Pablo VI falleció en el día de la Transfiguración, el 6 de agosto de 1978, el Santo Padre da "gracias a Dios por haberle dado a la Iglesia un Pastor, fiel testimonio de Cristo el Señor, tan sincera y profundamente enamorado de la Iglesia y tan cercano a las expectativas y esperanzas de los hombres de su tiempo, auspiciando vivamente que cada miembro del Pueblo de Dios sepa honrar su memoria con el esfuerzo de una sincera búsqueda de la verdad".
Finalmente, Benedicto XVI invoca "la materna protección de la Virgen María y envía de corazón a usted, venerado hermano, y a cuantos son confiados a sus curas pastorales una especial Bendición Apostólica".