LONDRES,
En el año 2004 la atleta Tasha Danvers-Smith ostentaba su mejor marca en los 400 metros con vallas y era una de las candidatas de fuerza a tentar una presea en las Olimpiadas de Atenas. Sin embargo, resultó embarazada y aunque su entorno esperaba que abortara para competir, ella optó por la vida de su bebé, a quien dedicó la medalla de bronce que ganó hace unos días en Pekín.
Tasha sacrificó un tiempo de gloria en Atenas por el pequeño Jaden, quien asegura fue su inspiración para lograr un sitio en el podio de ganadores de las olimpiadas de Pekín, clausuradas el domingo pasado.
Según relata LifeSiteNews.com, tras descubrir que estaba embarazada en el año 2004, Tasha decidió junto a su esposo y entrenador, Darrell, priorizar la vida del bebé antes que el sueño de competir en los juegos olímpicos de Atenas. En ese momento, sus compañeros deportivos le pidieron que abortara al bebé por considerarla una opción segura para lograr la medalla de oro. La prensa también fue muy dura con ella porque decidió defender la vida de su hijo.
Varias organizaciones de defensa de la vida se conmovieron con el gesto de Danvers-Smith y la apoyaron sin reservas. La entidad Life Issues Institute (LII) le concedió el galardón "Hero At Heart" (Héroe de Corazón), concedido a aquellos individuos que "demuestran un sorprendente valor o compasión a favor de la vida humana inocente".
El director ejecutivo de LII, Bradley Mattes, consideró la medalla de bronce obtenida por Tasha como una "victoria enorme" de las mujeres y una prueba de que sus detractores estaban equivocados.
"Tasha ha demostrado a las mujeres de todo el mundo que no tienen que sacrificar a sus hijos no nacidos para conseguir sus sueños. Su hijo de tres años, Jaden, fue su inspiración para lograr sus metas olímpicas", indicó Mattes.