MÉXICO D.F.,
En un artículo publicado en el semanario Desde la Fe, el Canónigo Metropolitano, P. Sergio Román, alentó a los padres de familia a formar a sus hijos en el valor del pudor, el cual se basa en el respeto la dignidad del cuerpo y en el derecho a la intimidad.
"El pudor se aprende en el hogar. El pudor también es un valor que se debe enseñar a los niños, no sólo a las niñas. Se basa en el respeto a la dignidad del cuerpo y en el derecho a la intimidad", expresó el sacerdote, quien dijo que los padres "deben procurar que, tanto los hijos como las hijas, tengan la privacidad que necesitan, aunque esto sea muy difícil en los departamentitos modernos".
En su artículo, el P. Román señaló que el cuerpo humano es bello y, a nuestros ojos, la obra más perfecta de Dios. "El pudor no es la vergüenza de mostrar un cuerpo feo o antiestético; es el recato con el que se guarda lo sagrado, lo que es expresión de un verdadero amor", explicó.
Indicó que "la naturaleza ha rodeado la sexualidad humana de incentivos sensibles que propician la procreación", y que "el ser humano ha llegado a buscar esa procreación de una forma responsable dentro de un digno sentimiento de amor". Señaló que "no se trata de procrear con cualquiera", sino "de encontrar con quién formar una familia".
"El pudor es reservar para el ser amado esos incentivos sensitivos y placenteros que llevan a tener hijos. El amor convierte el cuerpo humano en sagrado, en dádiva exclusiva para el ser amado", afirmó.
Sin embargo, el sacerdote señaló que "cuando exhibimos nuestro cuerpo sin recato, sin pudor, lo prostituimos porque provocamos en los demás sentimientos hacia nosotros a los que no tienen derecho, a no ser que deseemos ser propiedad pública, es decir, que nos prostituyamos aunque sea mentalmente".