BUENOS AIRES,
El semanario católico Cristo Hoy recordó los diez años del milagro que conmocionó a Argentina y permitió la canonización de la Madre Maravillas de Jesús, religiosa carmelita española.
Como recuerda Cristo hoy, el 19 de julio de 1998, Alicia Vilar tenía a su hijo Manuel de solo un año y medio, "muerto en el hospital. Ella rezó a Madre Maravillas en medio de una profunda desesperación. En 2002, el niño, vestido de gauchito argentino, presentó las ofrendas a Juan Pablo II durante la misa de canonización de Santa Madre Maravillas".
El niño cayó a la pileta de la casa de su hermano y se ahogó. "Mi cuñada se acercó a la pileta y comenzó a gritar porque lo vio tirado boca abajo, flotando. Manuel no manifestaba ningún signo vital y no sabíamos qué hacer", recordó.
Al ver su desesperación, una vecina retó a Alicia a rezar. "Ahí me acordé de la Madre Maravillas, a quien yo rezaba siempre y con quien tenía una comunicación especial. Después de un rato me avisaron que manifestaba signos vitales, pero que estaba muy grave. Iba a quedar en estado vegetativo porque había estado más de 20 minutos sin respirar".
"Pasé toda la noche rezando, estaba en otro mundo, y los de alrededor, desesperados. A las 5 o 6 de la mañana Manuel se despertó, lo trasladaron de sala, le sacaron el catéter y el respirador. Estaba como si nada hubiera pasado. De ahí lo trajimos a la casa y estaba completamente normal", agrega.
Alicia sostiene que siempre tuvo "un afecto muy especial por Madre Maravillas y ni siquiera era conocida en ese momento. Yo le hablaba de ella a mi familia y conocidos, y nadie me hacía caso".