SANTIAGO,
Ante la conmoción que causó en la feligresía chilena la muerte de una mujer que se confesaba testigo de Jehová y se negó a someterse a una transfusión de sangre, el Obispo de Rancagua, Mons. Alejandro Goic, explicó que "respetar la conciencia de cada persona", no excluye el deber de "salvaguardar el respeto a la vida".
El Obispo, que preside la Conferencia Episcopal Chilena (CECH), lamentó la muerte de la ciudadana Edith Morales, una chilena de 52 años, que falleció en Rancagua víctima de leucemia luego de negarse a recibir transfusiones de sangre a raíz de sus creencias y a pesar de que sus familiares deseaban someterla al tratamiento para procurar salvar su vida.
Mons. Goic expresó sus condolencias a los familiares y recordó que Morales "pertenecía a los Testigos de Jehová que rechazan absolutamente la posibilidad de transfusiones de sangre, como camino para recuperar la salud. De hecho, no se permitió en ella la transfusión de sangre".
El Prelado recordó que los Testigos de Jehová apoyan su creencia de la prohibición de transfusiones de sangre en textos bíblicos del Antiguo Testamento.
"¿Qué decir frente a estas interpretaciones? Jesucristo nos enseñó que las antiguas prohibiciones de alimentos ya no tienen sentido en la Nueva Alianza. ‘El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo’ (Rom. 14,17). No queda claro cómo los Testigos de Jehová deducen de la prohibición de comer sangre de animales en el Antiguo Testamento la prohibición contra las transfusiones de sangre que precisamente buscan salvar la vida humana", indicó.
En este sentido, precisó que "la Iglesia Católica acepta las transfusiones. La Sagrada Escritura no se opone a este tipo de terapia que, por otra parte, era desconocida en tiempos de Jesús. Jesucristo nos enseña, que dar la vida por los hermanos, es muestra suprema de amor".