SYDNEY,
En una reunión con más de 40 representantes de diferentes religiones en la casa de la Catedral de Saint Mary, el Papa Benedicto XVI habló de la necesidad de que se considere la religión no como una causa de división sino como una causa de unidad.
“En un mundo golpeado por siniestras e indiscriminadas formas de violencia, la voz unánime de la gente religiosa urge a las naciones y comunidades a resolver los conflictos por medio de medios pacíficos y con una total consideración por la dignidad humana”.
El Papa destacó al respecto que “las religiones tienen un papel especial porque ellas enseñan a la gente que el auténtico servicio requiere sacrificio y propia disciplina que deben ser cultivados a través del sacrificio, templanza y el moderado uso de los bienes terrenos”.
“Amigos, estos valores, estoy seguro que ustedes están de acuerdo conmigo, son particularmente importantes para adecuar la formación de los jóvenes quienes normalmente son tentados por una visión de la vida como un objeto”, dijo el Santo Padre.
Sobre el papel de la religión en la educación resaltó que “en Australia, como en otros lugares, la religión ha sido un factor motivante en la fundación de muchos instituciones religiosas y sigue ocupando un papel muy importante en el currículo de los colegios hoy. Exhorto calurosamente a aquellos que forman parte de estas iniciativas a continuar la conversación acerca de los valores que integran las dimensiones intelectual, humana y religiosa de una sana educación”.
Sobre la posición de la Iglesia frente a las religiones aseguró “la Iglesia comparte estas observaciones con otras religiones. Motivadas por la caridad, ella se aproxima al diálogo creyendo que la verdadera fuente de la libertad se encuentra en la persona de Jesús de Nazaret… los Cristianos creemos que es Él quien revela el potencial humano en virtud de su bondad y nos libera del pecado y la oscuridad”.