SYDNEY,
El Papa Benedicto XVI denunció que actualmente en la sociedad "hay también algo siniestro que brota del hecho de que la libertad y la tolerancia están frecuentemente separadas de la verdad. Esto está fomentado por la idea, hoy muy difundida, de que no hay una verdad absoluta que guíe nuestras vidas".
Ante más de 500 mil personas presentes en la Bahía de Sydney, el Santo Padre advirtió cómo con esta manera de pensar "el relativismo, dando en la práctica valor a todo, indiscriminadamente, ha hecho que la 'experiencia' sea lo más importante de todo".
"En realidad, las experiencias, separadas de cualquier consideración sobre lo que es bueno o verdadero, pueden llevar, no a una auténtica libertad, sino a una confusión moral o intelectual, a un debilitamiento de los principios, a la pérdida de la autoestima, e incluso a la desesperación", precisó.
"Queridos amigos, la vida no está gobernada por el azar, no es casual. Vuestra existencia personal ha sido querida por Dios, bendecida por él y con un objetivo que se le ha dado. La vida no es una simple sucesión de hechos y experiencias, por útiles que pudieran ser. Es una búsqueda de lo verdadero, bueno y hermoso. Precisamente para lograr esto hacemos nuestras opciones, ejercemos nuestra libertad y en esto, es decir, en la verdad, el bien y la belleza, encontramos felicidad y alegría. No os dejéis engañar por los que ven en vosotros simplemente consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección en sí misma se convierte en bien, la novedad se hace pasar como belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad".
Ante esta situación, dijo el Papa, "Cristo ofrece más. Es más, ofrece todo. Sólo él, que es la Verdad, puede ser la Vía y, por tanto, también la Vida. Así, la 'vía' que los Apóstoles llevaron hasta los confines de la tierra es la vida en Cristo. Es la vida de la Iglesia. Y el ingreso en esta vida, en el camino cristiano, es el Bautismo".
Seguidamente el Pontífice recordó la importancia del Bautismo para los cristianos y subrayó a los cientos de miles de asistentes que "estáis en este mundo sabiendo que Dios tiene un rostro humano, Jesucristo, el 'camino' que colma todo anhelo humano y la 'vida' de la que estamos llamados a dar testimonio, caminando siempre iluminados por su luz".