ROMA,
En una entrevista concedida a L'Osservatore Romano, el Arzobispo de Madre de Dios en Moscú, Mons. Paolo Pezzi, explicó que aún no están dadas las condiciones para que en breve se realice un viaje apostólico del Papa Benedicto XVI a Rusia.
En su paso por Roma para recibir el palio arzobispal el pasado domingo 29 de junio en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo de manos del Pontífice, el Arzobispo señaló que "hoy es difícil de prever pero ciertamente debe entrar en la agenda para el futuro" una visita del Papa a Rusia.
En opinión del Prelado, dos son las razones por las cuales no se puede pensar todavía en un viaje del Santo Padre a este país. "La primera es que un viaje de tal envergadura significaría, o debería a mi parecer significar, que en las relaciones entre la Iglesia Católica y el Patriarcado de Moscú se haya seguido un camino significativo que permita consentir un intercambio de visitas y/o una visita del Papa. Además no creo que el Papa quiera visitar Moscú sin una invitación explícita de la Iglesia Ortodoxa", precisó.
Al hablar de la segunda razón, Mons. Pezzi dijo antes que es una "personalísima opinión" y consiste en que "tal vez sería oportuno que una visita de este género viniera luego de un encuentro del Patriarca (Alejandro II) y el Papa en una circunstancia particular, quizás en el curso de una manifestación de carácter ecuménico, en cualquier país del mundo, en el que ambos sean invitados a participar".
Sin embargo, precisa el Arzobispo de Madre de Dios de Moscú, "quisiera subrayar algunos eventos, también recientes, que muestran sin duda el avance de un camino de acercamiento en continuo progreso. Me refiero en particular a la visita del Patriarca Ecuménico Bartolomé I, y la de Benedicto XVI a los constantinopolitanos".
Al hablar de sus relaciones con la Iglesia Ortodoxa rusa, el Arzobispo dijo que "estamos creciendo también en este sentido. Buscamos realizar una forma concreta de colaboración entre nuestras iglesias, y también una amistad sincera. Sobre todo buscamos caminar en la misma dirección. Efectivamente hay un cierto deseo de llegar finalmente a la plena comunión. Y esto nos hace ver que el diálogo ecuménico es querido, que se quiere profundizar para llegar al fondo cuando Dios lo quiera".