GRANADA,
El Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, recordó que "la santidad no es algo añadido, sino la plenitud que nuestro corazón desea" y que "no hay limitaciones temperamentales o cualidades humanas que impidan al Señor hacer de cualquiera de nosotros un signo, un testimonio de esa plenitud humana".
La santidad es la "gracia que el Señor nos concede para plenitud de nuestra humanidad, y que no nace de un esfuerzo nuestro" y por eso "no son necesarias cualidades especiales" sino que "basta con que el Señor nos conceda abrir el corazón a su Gracia y Dios lo hace en cualquiera de nosotros", aseguró el Prelado.
Asimismo, indicó que "por el ambiente de la cultura que vivimos, se entiende la santidad como cualidades humanas" pero esto no es así, pues la santidad es "un regalo que se acoge, un esfuerzo por el que se lucha", es "vivir y disfrutar la presencia de Cristo en nosotros, y esa presencia hace fructificar nuestra vida".
"Ser santo es imposible para el hombre y absolutamente sencillo para Dios", agregó Mons. Martínez.
El Arzobispo de Granada dirigió estas palabras al presidir la clausura de la fase diocesana del proceso de canonización de la Sierva de Dios, Hna. María Estella Iglesias, de la Orden Religiosas de María Inmaculada.
La ceremonia se realizó en presencia del Delegado para la Causa, Fray Javier Carnerero Peñalver; el Promotor de Justicia, Carlos del Río Sánchez; la Madre General de la Orden Religiosas de María Inmaculada, la Hna. María Dolores Sueiras; y la Notaria Rocío González Calabuig, así como de numerosas Hermanas de la Congregación y feligreses.