LIMA,
El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, recordó que aunque el educador es "frágil, y puede tener fallos" debe "ponerse siempre nuevamente en sintonía con su misión" y ser "un testigo optimista y alegre de la verdad y del bien".
En una reciente ceremonia en la que recibió el Doctorado Honoris Causa en Educación, el Purpurado señaló que "la noble tarea que realiza la institución universitaria" está "ligada a la autoridad de la verdad" pues "mantener despierta la sensibilidad por la verdad, debe ser el fundamento de todo proceso educativo".
Es "una aventura fascinante en la que vale la pena embarcarse, para dar nuevo impulso a la educación y la cultura de nuestro tiempo", agregó.
Asimismo, el Cardenal Cipriani indicó que la educación en valores comienza en la familia por eso es fundamental que se preste "una atención especial y un compromiso extraordinario a los grandes desafíos en los que la familia humana corre mayor peligro" como son las "opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano".
En particular se debe promover la familia "fundada en el matrimonio de un hombre con una mujer" y evitar "introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizar a la propia familia, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social", destacó.
En otro momento, el Arzobispo de Lima, consideró que "en el ámbito de la formación y del crecimiento moral de las personas no se puede dar una posibilidad de acumulación de conocimientos" pues "la libertad de cada hombre siempre será nueva y cada persona y cada generación tiene que tomar personalmente sus decisiones". Por eso "los valores más grandes del pasado tienen que ser asumidos y renovados a través de una opción personal", aseveró.