ROMA,
El Cardenal William Joseph Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, destacó que "una nueva apologética para el nuevo milenio debería concentrarse en la belleza de la creación de Dios".
Al inaugurar la Octava Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino realizada entre el 20 y 22 de junio, bajo el lema "Preambula fidei (preámbulos de la fe) y nueva apologética", el Purpurado pronunció una conferencia titulada "La sociedad secularizada necesita una apologética renovada", en la que recordó las palabras de Benedicto XVI a los obispos estadounidenses sobre cómo responder al desafío de la secularización.
Según informa L'Osservatore Romano, el Cardenal explica que así el Santo Padre resaltó que "en una sociedad que justamente tiene una alta consideración por la libertad personal, la Iglesia debe promover a todo nivel sus enseñanzas, –en la catequesis, la predicación, la instrucción de los seminarios y universitaria– una apologética que afirme claramente la verdad de la revelación cristiana, la armonía entre fe y razón, y una sana comprensión de la libertad, vista en términos positivos como liberación de las limitaciones del pecado para una vida auténtica y plena".
De lo dicho por el Pontífice, afirma el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se entiende "que la apologética ocupa un puesto doble en la teología: encuentra su lugar en la teología fundamental, en donde los preambula fidei contribuyen a los fundamentos de la investigación teológica; y en la teología pastoral, en donde la teología está 'inculturada' (para usar un término postconciliar) en la predicación, en la catequesis y en la evangelización. En estos dos ámbitos, la necesidad de la apologética compartida es perenne, como demuestra un examen de la historia del pensamiento cristiano. Por tanto, considero que una 'nueva apologética' no es solamente actual, sino urgente desde el punto de vista científico y pastoral".
Seguidamente el Cardenal Levada precisó que una nueva apologética, "para que sea creíble" debe prestar "mayor atención al misterio y la belleza del culto católico, tener una visión sacramental del mundo que nos permita reconocer y apreciar la belleza de la creación como prefiguración de los cielos nuevos y la de la nueva tierra previstos en la Segunda Carta de Pedro y del libro del Apocalipsis".
"El testimonio de nuestra vida de creyentes que ponen en práctica su fe obrando por la justicia y la caridad como seguidores que imitan a Jesús, nuestro maestro, es una dimensión importante de nuestra credibilidad de interlocutores en el diálogo en un tiempo de nueva apologética", continuó.