VATICANO,
El Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes advirtió que "en la Europa de hoy no se quiere tener conciencia y memoria" del dolor y los problemas de quienes se ven obligados a dejar sus lugares de origen, realidad "hecha de tensiones y dramas que dan origen a estos ingentes flujos migratorios".
Según informa Radio Vaticano, en ocasión de la Jornada Mundial para los Refugiados que se celebra hoy promovida por la ONU, el Purpurado presidió ayer una vigilia de oración en la Basílica de Santa María en Trastevere. En su homilía dijo que "solo una mirada inteligente y amplia resguardará a Europa de un futuro incierto y de la decadencia de un mundo sin vocación y sin misión".
Cuando la Unión Europea ha aprobado la llamada "ley de retorno" que entrará en vigencia en 2010 y hará que los inmigrantes ilegales sean considerados delincuentes, el Cardenal Martino destacó la iniciativa de la Comunidad de San Egidio de promover esta vigilia de oración cristiana, bajo el lema "Morir de esperanza". Un titulo paradójico, precisó el Presidente del Pontificio Consejo, "pues de esperanza no se muere, más bien la esperanza es la que hace vivir".
Al recordar el drama de la Sagrada Familia que huye a Egipto, el Cardenal Martino reconoció que la esperanza de la familia hoy está debilitada por la emigración. Al igual que la Sagrada Familia, "vemos la dolorosa condición de todos los emigrantes, de los refugiados, exiliados, prófugos y perseguidos. A través de ella vemos las dificultades de cada familia migrante, sus desventuras, las humillaciones, estrechez y fragilidad".
Al proponer como respuesta a esta crisis "la sabiduría del Evangelio, el humanismo cristiano que surge de la Iglesia", explicó que ésta "no es debilidad ni ingenuidad, es inteligencia y cultura, sentido de responsabilidad y capacidad de edificar el bien común".
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