MÉXICO D.F.,
El Arzobispo de Durango, Mons. Héctor González Martínez, señaló que las ideologías pueden definirse como " 'religiones de lo temporal' o 'religiones secularizadas'", en una reciente reflexión publicada en el sitio web del Episcopado mexicano.
En su mensaje titulado "Las Ideologías modernas", el Prelado explica que también se puede definir la ideología "como un sistema de ideas simplificado para el uso de la masa, con fines de conquista y ejercicio del poder. Se caracteriza por elementos preconstituidos, por un esquematismo vago y abstracto, por una intensa carga afectiva y emotiva ligada a conceptos abstractos, por una visión reduccionista de la naturaleza humana y por un elemento utópico como elemento escatológico secularizado".
Otra forma de considerar a la ideología sería, prosigue el Arzobispo, como el "producto de una relación de dominio social y elemento estructural permanente de la historia de las sociedades humanas; es un sistema de creencias recibido por los miembros de una colectividad, orientada a la integración de la misma colectividad; es un sistema abarcador de toda la realidad, cuerpo de creencias animado por la pasión que tiende a la transformación de los modos de vida".
Seguidamente indica que la revolución cultural que se da en la sociedad "empujó al antropocentrismo radical a buscar una justificación absoluta. Si Dios no ejercía más el rol de centro y fundamento de la humanidad y del mundo, el hombre debía buscar otro centro y otra fundamentación".
"En los siglos XIX y XX, siglos absolutizadores, se tiende a una transferencia de valores absolutos hacia realidades relativas y contingentes: cuando falta Dios, el hombre trata de ocupar el hueco dejado por la trascendencia o se cae en el nihilismo y la falta de sentido. La historia de las ideologías políticas contemporáneas es la historia de la absolutización de lo relativo".
"Se producirán falsos absolutos que tratarán en vano de ocupar el lugar del Absoluto: en el liberalismo, la libertad no es entendida como libertad creatural, sino como causa de sí; en el marxismo, la clase proletaria, la nación en el nacionalismo, la raza en el nacionalsocialismo o el Estado en el fascismo son otros tantos falsos absolutos".