BUENOS AIRES,
El Arzobispo de Rosario, Mons. José Luis Mollaghan, lamentó que se olvide "proteger la vida del niño por nacer, el ser más indefenso" y no se tenga en cuenta que éste "también pide protección, como los demás seres humanos", en alusión al inminente tratamiento de un proyecto de declaración en el Concejo Deliberante de Rosario sobre la legalización del aborto.
"Si queremos honrar y dignificar la vida, si respondemos al llamado natural y de la gracia a protegerla y defenderla de todo mal y de toda forma de agresión; cada uno y la sociedad debemos respetar, proteger y promover la dignidad de cada persona humana, en todo momento y condición de su vida desde la concepción", recordó en una carta pastoral enviada a la comunidad arquidiocesana.
"Llama poderosamente la atención que a nuestra sensibilidad por la vida y los derechos humanos en tantos casos, no siga también la misma actitud frente a un derecho que es primario y fundamental: es el derecho a la vida", indicó y subrayó que "este derecho es inmanente a la naturaleza humana en cuanto tal, y a través de ella a la persona, que de otro modo no podría existir".
El Arzobispo recordó que "el respeto de la vida exige de parte nuestra sostener con entusiasmo esta verdad, así como también que la ciencia y la técnica estén siempre ordenadas al hombre y a su desarrollo integral. Si efectivamente ‘la vida del hombre no sólo no debe ser suprimida, sino que debe ser protegida con todo cuidado amoroso’; son inaceptables el aborto procurado que elimina la vida del niño por nacer y la eutanasia".
Mons. Mollaghan aseveró que "la defensa de la vida desde el seno materno siempre es un derecho; no hacerlo es desconocerlo, es un atentado relativo a la vida naciente. El aborto, en cambio, no puede asumir las características de un derecho".
"Aun cuando la opción de no querer aceptar el fruto de la concepción no se tome por razones que parezcan egoístas o de conveniencia, sino por querer preservar otros bienes, como la propia salud o un nivel de vida digno para los demás miembros de la familia; o que se teme para el que debe nacer en algunas condiciones de su existencia que hacen pensar que para él lo mejor sería no nacer; no obstante, aún pudiendo ser graves y dramáticas las situaciones, jamás se puede justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente", subrayó.