MELBOURNE,
Kylie Bowlen es una australiana cuya bebé pudo haber perdido las piernas si no era sometida a una riesgosa operación dentro de su útero. Podía hacerlo o dejar que avanzara la gangrena y que naciera sin posibilidades de caminar. La joven decidió realizar la cirugía, y por decisión de los médicos ésta se practicó en la semana 22 del embarazo. Leah ya tiene 4 meses de nacida y sus padres afirman que tomaron la decisión correcta.
Según el diario australiano The Age, los médicos del Monash Medical Centre donde se hizo la operación, se percataron después de una prueba de ultrasonido, que Kylie padecía del Síndrome de Bandas Amnióticas, una dolencia que hace que todo el líquido amniótico se vaya perdiendo a gotas. Dos bandas de tejido envolvían las piernas de Leah lo que impedía la normal circulación de la sangre y le estaban generando la gangrena.
"Supimos luego que el resto de Leah estaba bien y fuerte. Todo estaba perfecto, eran solo las piernas", dijo el esposo de Kylie.
Por su parte, Chris Kimber, Jefe de Pediatría en el Monash Medical Centre, señaló que "la pierna derecha estaba tan muerta como uno se puede imaginar, estaba atacando una pequeña arteria". Los encargados de realizar la microcirugía en este hospital fueron Chris Coombs y el profesor asociado Donnan del Royal Children's Hospital; quienes extrajeron los músculos, tejido y un poco de hueso de Leah para que la sangre pudiera fluir.
Leah Bowlen nació a las 30 semanas de embarazo, 8 semanas después de haber sido operada dentro del vientre de su madre, pesando 1,6 kilos; pero el dolor de los Bowlen no terminaría ahí: Tres semanas después de nacer, Leah se enfermó de meningitis.
Los médicos creen que después de algunas terapias, Leah podrá caminar normalmente en dos pies; pero por ahora necesita monitoreo y un seguimiento post operatorio intensivo.