VATICANO,
El Papa Benedicto XVI alentó el diálogo fecundo entre fe y razón, entre la filosofía y la teología, para poder responder a los desafíos que plantea la modernidad actualmente, en su discurso este mediodía a los participantes del VI Simposio Europeo de Docentes Universitarios que culmina mañana en Roma cuyo tema es "Ampliar los horizontes de la racionalidad: Perspectivas para la Filosofía".
En la Sala Clementina del Vaticano, el Pontífice indicó luego que "la comprensión del cristianismo como real transformación de la existencia del hombre, permite que la reflexión filosófica tenga una nueva aproximación con la religión, y de otro lado la alienta a no perder la fe de poder conocer la realidad".
"La propuesta de 'ampliar los horizontes de la racionalidad no va, por lo tanto, simplemente entre las nuevas líneas de pensamiento teológico o filosófico, sino que debe ser entendida como la solicitud de una nueva apertura hacia la realidad a la que la persona humana en su uni-totalidad es llamada, superando antiguos prejuicios y reduccionismos, para abrirse también así al camino hacia una verdadera comprensión de la modernidad", continuó.
Tras resaltar que "la fe cristiana no puede encerrarse en el mundo abstracto de las teorías sino que debe calar en una experiencia histórica concreta que acerca al hombre a la verdad más profunda de su existencia", el Papa destacó que "esta experiencia, condicionada por las nuevas situaciones culturales e ideológicas, es el lugar que la investigación teológica debe valorar y sobre la que es urgente tener un diálogo fecundo con la filosofía".
Por ello, prosiguió, "el deseo de una plenitud de humanidad no puede ser desatendido: espera propuestas adecuadas. La fe cristiana está llamada a hacerse cargo de esta urgencia histórica, comprometiendo a todos los hombres de buena voluntad en una empresa similar. El nuevo diálogo entre fe y razón, solicitado hoy, no puede darse en los términos y modos en los que se ha realizado en el pasado. Ello, si no se quiere reducirse a un estéril ejercicio intelectual, debe partir de la actual situación concreta del hombre, y sobre ella debe desarrollarse una reflexión que recoja la verdad ontológico-metafísica".
Seguidamente el Papa animó a "promover centros académicos de alto perfil, en los que la filosofía pueda dialogar con las otras disciplinas, en particular con la teología, favoreciendo nuevas síntesis culturales idóneas para orientar el camino de la sociedad".