VATICANO,
El Papa Benedicto XVI retomó en la audiencia general de los miércoles la catequesis sobre San Gregorio Magno, a través de quien se confirma que la humildad es la medida de la grandeza.
El Pontífice se centró esta vez en la doctrina de este Papa y Doctor de la Iglesia, recordó que en sus numerosas obras, San Gregorio "no se muestra nunca preocupado por trazar una doctrina ‘suya’: prefiere hacerse eco de la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el camino que es necesario recorrer para llegar a Dios".
El autor de las "Homilías sobre los Evangelios", cree que el cristiano cuando lee las Escrituras "no debe conseguir solamente conocimientos teóricos, sino más bien el alimento cotidiano para su alma" e "insiste con fuerza en esta función del texto sacro: acercarse a la Escritura simplemente para satisfacer el deseo de conocimiento significa ceder a la tentación del orgullo".
"La humildad intelectual es la primera regla para quienes quieren penetrar en las realidades sobrenaturales partiendo de los libros sagrados. Por otra parte, cuando se trata de la Palabra de Dios, comprender no es nada, si la comprensión no lleva a la acción", indicó.
En el "Comentario moral a Job", siguiendo la tradición patrística, San Gregorio Magno "examina el texto sacro con un triple enfoque: literal, alegórico y moral. El ideal moral consiste siempre en realizar una armoniosa integración entre palabra y acción, pensamiento y compromiso, oración y dedicación a los propios deberes. Ese gran Papa traza para el creyente un proyecto completo de vida, que constituirá durante la Edad Media una Summa de la moral cristiana".
En su texto más conocido, la "Regla Pastoral", San Gregorio "se propone delinear la figura del obispo ideal, maestro y guía de su rebaño. El obispo es ante todo "el predicador" por excelencia y como tal debe ser ante todo un ejemplo para los demás" y recuerda que "para una acción pastoral eficaz es necesario que conozca a los destinatarios y adapte sus intervenciones a la situación de cada uno".