ROMA,
Al cumplirse un año del asesinato del P. Ragheed Ganni y de los subdiáconos Basman Yousef Daoud, Ghasan Bidawid y Wahid Hanna, el Arzobispo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, destacó que "tenemos necesidad de paz y reconciliación. Esto es lo que esperamos de este sacrificio".
Así lo indicó el Prelado en declaraciones a Radio Vaticano, quien comentó también que conocía "muy bien al Padre Ragheed, pues era mi alumno cuando estudiaba en Mosul. También sus amigos y el mismo Arzobispo de Mosul (el secuestrado y asesinado Mons. Paulos Faraj Rahho) nos dan una gran esperanza y un gran consuelo. Es una muerte de mártires, porque para nosotros lo son".
El Arzobispo explicó también que en Irak "existen muchos peligros y problemas", pero pese a ello "tenemos mucha esperanza en el Señor".
Al hablar de la constante emigración de los cristianos iraquíes, el Prelado señaló que "para hacerlos retornar es necesario de parte de la Iglesia local, ya sea en Irak o en los países vecinos, una pastoral adaptada que pueda verdaderamente ayudar a los cristianos y sus familias para volver. Y esto porque allí esta toda su historia, toda la memoria de la Iglesia y todo el patrimonio cristiano".
"Ahora se puede ayudarlos a volver por el norte, en estas ciudades cristianas en donde hay mayor seguridad, buscando crear pequeños proyectos para que puedan trabajar. Creo que esto es posible, pues de otro modo representaría una gran pérdida para nosotros, pero también para nuestros musulmanes, dada nuestra apertura, también moral, y nuestro testimonio cristiano", añadió.
El Arzobispo de Kirkuk también renovó "con todo el corazón" su llamado para que no se olvide a los cristianos en Irak ya que "es un deber, ya sea de la Iglesia como de los gobiernos, para buscar ayudar a las minorías a quedarse y tutelar su patrimonio religioso, étnico, cultural y social. Todo esto es una riqueza".