MÉXICO D.F.,
El Obispo de Tehuacán, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, destacó que "cualquier autoridad, ya sea del poder ejecutivo, legislativo o judicial, federal o local, carece de facultades para restringir o eliminar derechos humanos, por derivar éstos de la dignidad inherente al ser humano".
En una nota publicada el 29 de mayo titulada "La vida humana: valor fundamental y base de los demás valores", el Prelado mexicano indicó que "los derechos humanos, entre ellos el de la vida, son derechos imprescriptibles, irrenunciables e inembargables, anteriores al Estado, el cual únicamente debe reconocerlos y protegerlos en su legislación nacional e internacional, pero no los otorga".
"Tampoco dependen del reconocimiento social y, por lo tanto, no están sujetos a consensos. Es la persona la que hace las leyes no son las leyes las que crean a las personas", precisó al referirse a las audiencias públicas en la Corte Suprema de México que buscan definir la constitucionalidad de la ley que aprobó el aborto en el D.F.
Luego de recordar el drama de las mujeres que por distintas razones terminan recurriendo al aborto, el Obispo subrayó que "no se trata de enfrentar los derechos de la mujer contra los derechos del concebido. Los dos son valiosos".
"Busquemos que vivan los dos: dando protección a las mujeres con embarazos en crisis; el aborto provocado trae más peligros que si se da continuidad al embarazo; si la madre no ve posibilidades de asumir la responsabilidad sobre la criatura que nazca, la dé en adopción; que se faciliten los procesos de adopción; se garantice jurídica y socialmente la conciliación entre trabajo y familia; se promueva el establecimiento de guarderías; se proteja a las madres solas, a los niños que crecen en la calle", alentó.
Tras precisar que el "embrión desde la fase de cigoto es un organismo nuevo, que pertenece a la especie humana por el número y la naturaleza de los cromosomas; es un organismo programado, con un ADN único y singular, o sea con un patrimonio genético de un nuevo individuo humano, diferente al del papá y la mamá, y que en adelante se irá desarrollando de modo coordinado, continuo y gradual según ese genoma, desde la estatura y el color de los ojos, hasta el tipo de enfermedades genéticas a las que estará sujeto", el Obispo de Tehuacán destacó que "científicamente hablando, no hay un salto cualitativo en el desarrollo entre la semana doce y trece".