GUAYAQUIL,
En un documento que contiene 15 Conclusiones de un "Taller de Prevención del Aborto" organizado en Guayaquil, Ecuador, por la Federación Ecuatoriana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FESGO), los profesionales de la salud coincidieron en la necesidad del rechazar el aborto como camino para solucionar cualquier problema real en el ámbito de salud de la mujer.
Durante la reunión realizada en el Hospital–Maternidad Enrique Sotomayor, un centro maternal donde nacen todos los días no menos de 100 niños, los médicos y especialistas en obstetricia redactaron un documento con 15 conclusiones que fue firmado el 23 de mayo.
Las conclusiones señalan que "los que integramos la FESGO no estamos de acuerdo con ninguna forma de aborto provocado. La vida es inviolable desde el momento de la concepción. La eliminación de un ser humano inocente es siempre inaceptable, ética y médicamente hablando".
Señalan que están en contra del aborto provocado "porque es un acto, no sólo ilegal, sino delictivo"; y porque "la Ciencia enseña que la vida comienza en la concepción. Si esta verdad es afirmada también por las religiones, no deja por ello de ser una verdad estrictamente científica, para transformarse en una enseñanza religiosa opinable. El que niega que la vida se inicie en la concepción no se las tendrá que ver con la Religión sino con la Ciencia. Negar esta certeza de la Biología no es expresión de falta de fe, sino de una carencia de elementales conocimientos de Genética Humana; aún más: de simple cultura general".
El documento de la FESGO señala además que "ha de respetarse la vida humana desde el instante de la concepción, durante todas las etapas por las que atraviesa la persona humana hasta su muerte natural; cualquiera que sea el nombre que se le dé a la nueva persona humana: cigoto, mórula, blastocisto, embrión, feto, neonato, infante, adolescente, joven, adulto, anciano, enfermo en estado terminal… Todas son sólo denominaciones de la única y misma persona humana en las distintas etapas del desarrollo por las que ella atraviesa".
Los expertos señalan que "hay momentos en la práctica médica –los médicos también somos humanos– en los que, quizá, los Profesionales de la Salud no sabremos qué hacer para resolver el problema de una determinada embarazada; pero sí sabemos qué no hacer: matar directamente a su hijo, constituyéndonos en dueños y señores de la vida y de la muerte. Los médicos somos agentes de la vida y no embajadores de la muerte".