MADRID,
El Obispo de Palencia, Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, dedicó su reciente carta dominical a alentar a los padres de familia españoles que en ejercicio de una "santa rebeldía" han presentado objeciones de conciencia en todo el país para evitar que sus hijos reciban la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC).
Con el título "Todo por los hijos", el Obispo se refiere en su sitio web www.enticonfio.org a los treinta mil padres españoles que han objetado la asignatura. "Su objeción no va dirigida al centro de enseñanza, ni al profesor, ni al libro… sino al atropello de un Estado que pretende erigirse en educador moral de los hijos. Estoy seguro de que Dios bendecirá a estos padres que han decidido declararse en ‘santa rebeldía’ por el bien de sus hijos", indicó.
Explicó que estos padres de familia "han entendido ya que cuando el mal menor pasa a ser la opción ordinaria, termina por convertirse en una inexorable cuesta abajo hacia el ‘mal mayor’. Su resistencia activa está escribiendo una de las páginas más bellas de la historia de la lucha por el bien los hijos, así como de la defensa del principio de subsidiariedad frente a la tiranía de los estados. Y cuando llegue el día de la victoria -¡que llegará!-, quienes nos hayamos quedado en segunda fila, tal vez hayamos de sentir admiración y agradecimiento; y quizás un poco de rubor y vergüenza".
El Prelado recordó la nota episcopal publicada la semana pasada por los obispos de Castilla y León en la que recuerdan que "la EpC es una imposición ilegítima, por parte del Estado, de una determinada formación de la conciencia de los alumnos, sin el consentimiento de sus padres".
"Afortunadamente, cada vez son más los que entienden que la Iglesia no está defendiendo ningún interés particular, y ya existen muchas iniciativas ciudadanas de resistencia activa ante esta intromisión injusta", sostuvo.
Asimismo, lamentó que la Consejería de Educación de Castilla y León se esté negando "a tramitar las objeciones presentadas por los padres, aduciendo que en el desarrollo del currículo, ya han quitado los contenidos que presumiblemente pudieran resultar contrarios a la conciencia de los padres. ¡Vuelven a tropezar en la misma piedra que el Gobierno central! ¿Quiénes son ellos para discernir los contenidos morales que los padres han de estimar como aceptables o rechazables?"