ROMA,
El Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli, destacó que el principal fundamento ético para el uso de los medios de comunicación es "la persona humana y la comunidad humana" que se constituyen en su "fin y medida"; y que este postulado permanece invariable.
Así lo expresó en un artículo publicado en L'Osservatore Romano (LOR) y que aparece en la víspera del Congreso, como aporte para el mismo, titulado "Internet: Información y Democracia" que se realizará en Roma este miércoles 14 de mayo; organizado por el Instituto Suor Orsola Benincasa y la Unión Católica de Prensa Italiana (UCSI, por sus siglas en italiano).
"Internet es ahora un elemento esencial de la vida cotidiana, económica y cultural del planeta. Las características originarias propias de este nuevo medio (inmediatez, descentralización, interactividad, globalidad, libertad, difusión y compartir del saber) contienen juntas también algunos riesgos: individualismo exagerado, acceso de los niños a contenidos peligroso, invasión de la privacidad", entre otros; escribe el Arzobispo; al tiempo que destaca que "es toda la sociedad la que debe ser educada para el buen uso de este potente medio".
Cuando decimos Internet hoy, continúa Mons. Celli, "estamos hablando de un ámbito cultural polimorfo que resulta de una serie de aparatos, pequeños y grandes, fijos y móviles, terrestres y espaciales, que interactúan entre ellos a escala mundial y con los que las personas y los grupos dialogan, comparten y publican en miles de formas diversas".
Ante esta situación que se convierte en todo un desafío, el Arzobispo precisa que "la tecnología nos ofrece también soluciones bastante eficaces para los lugares sin infraestructura. Se trata de generar una verdadera cultura digital que nazca en clave solidaria y que suscite una creatividad compartida, una mayor comunión y unidad al interior de la comunidad, en estrecha relación con la Iglesia universal y en diálogo con el mundo".
Frente a los desafíos de Internet, dice también el Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, es necesaria la formación de los jóvenes ante la "emergencia educativa" en la que nos encontramos, así como una adecuada enseñanza para que los niños, adolescentes y jóvenes aprendan a ser críticos con las cosas que Internet les presenta.