ROMA,
El P. Salvatore M. Perrella, experto profesor de dogmática y mariología en la Pontificia Facultad Teológica Marianum, en Roma, explica los criterios que utiliza la Iglesia para determinar la legitimidad de las apariciones marianas, a raíz del reconocimiento de las apariciones de Nuestra Señora de Laus, en Francia.
En un artículo aparecido en L'Osservatore Romano, el sacerdote cita al jesuita Giandomenico Mucci, para explicar la diferencia entre visión y aparición. La primera es de índole espiritual; mientras que la segunda es de orden físico; es decir que existe la experiencia real y sensible de quien se aparece.
Tras explicar que el proceso para la verificación eclesiástica de las apariciones marianas se trató en el Concilio Lateranense y en el de Trento; el P. Perrella precisa que actualmente se les pide "al obispo diocesano, al arzobispo metropolitano –en tiempos más recientes a las conferencias episcopales del territorio– y al Papa el discernimiento sobra la veracidad de los hechos presentados".
Asimismo indicó que "recientemente la Congregación para la Doctrina de la Fe, después de cuatro años de estudio desde noviembre de 1974, ha redactado, el 25 de febrero de 1978, un documento interno y sobre secreto, con la firma del Cardenal Prefecto Franjo Šeper, para ser utilizados por las autoridades eclesiásticas competentes que lleva por título: Normae S. Congregationis pro Doctrina Fidei de modo procedendi in iudicandis praesumptis apparitionibus ac revelationibus (Normas de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el modo de proceder para juzgar las presuntas apariciones y revelaciones)".
Seguidamente, el experto italiano señala que este dicasterio vaticano, establece que para proceder con las verificación, se obtenga "información precisa sobre los hechos bajo observación y la reunión de testimonios de los signos de fe, examen del mensaje sujeto en el evento sobrenatural, que no debe estar en contraste con la fe cristiana, diagnóstico médico-psicológico para garantizar la salud y normalidad del vidente, y también para descartar la posibilidad de fenómenos alucinatorios; grado de instrucción del vidente, su conocimiento de la doctrina, su vida espiritual, su grado de comunión eclesial, frutos espirituales, como el retorno de la fe de los alejados; moralidad y eclesialidad de la existencia, cooperación en la evangelización del mundo, cultura y costumbre, eventuales curaciones milagrosas que se reciben en razón de la referida revelación privada, el juicio de la Iglesia".
Tras un minucioso examen de los hechos referidos a una aparición, prosigue el sacerdote, la Iglesia "ha aprobado durante el curso de la historia 11 apariciones de 295 propuestas para su indagación – entre las cuales la duodécima es la referida a Nuestra Señora de Laus, aprobada públicamente el 4 de mayo de 2008".