VATICANO,
El Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Claudio Hummes, y el Secretario de este Dicasterio, Arzobispo Mauro Piacenza, dieron a conocer una carta en la que destacan que los sacerdotes deben entregarse a la oración, viviendo con radicalidad su vocación y centrando su vida en la Eucaristía.
La misiva, publicada el fin de semana por L'Osservatore Romano, ha sido escrita en ocasión de la Jornada Mundial por la Santificación de los sacerdotes, que se celebra el 30 de mayo, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Tras destacar la "prioridad de la oración respecto a la acción, en cuanto de la primera depende la incesante actividad", el Cardenal Hummes explica que "de la relación personal de cada uno con el Señor Jesús depende grandemente la misión de la Iglesia".
"La misión, entonces, debe ser nutrida por la oración. 'Ha llegado el momento de reafirmar la importancia de la oración frente al activismo y al secularismo' (Benedicto XVI, Deus caritas est, n. 37). No nos estanquemos de buscar su misericordia, de dejarlo mirar y curar las heridas dolorosas de nuestro pecado y asombrémonos frente al milagro, siempre nuevo, de nuestra humanidad redimida", prosigue el Cardenal.
Tras alentar a que los sacerdotes sean "expertos de la misericordia de Dios en nosotros, para que así, seamos instrumentos en el abrazo, de modo siempre novedoso, de la humanidad herida", el Purpurado subrayó que "somos, en fin, presbíteros por el acto más alto de la misericordia de Dios y la contemplación de su predilección: el sacramento del Orden".
Seguidamente, señaló que "la dimensión más auténtica de nuestro sacerdocio es la mendicidad, la oración simple y continua, que se aprende en la oración silenciosa que siempre ha caracterizado la vida de los santos y es solicitada insistentemente".