En un intenso discurso en la Basílica de la Inmaculada Concepción en esta capital, el Papa Benedicto XVI presentó los grandes temas y desafíos que deben ser parte de la labor evangelizadora de la Iglesia en Estados Unidos, ante el avance del secularismo.
Reunido con los 350 obispos de Estados Unidos, el Papa presidió el rezo de las Vísperas y advirtió que "si bien es verdad que este país está marcado por un auténtico espíritu religioso, la sutil influencia del laicismo puede indicar sin embargo el modo en el que las personas permiten que la fe influya en sus propios comportamientos".
"¿Es acaso coherente profesar nuestra fe el domingo en el templo y luego, durante la semana, dedicarse a negocios o promover intervenciones médicas contrarias a esta fe? ¿Es quizás coherente para católicos practicantes ignorar o explotar a los pobres y marginados, promover comportamientos sexuales contrarios a la enseñanza moral católica, o adoptar posiciones que contradicen el derecho a la vida de cada ser humano desde su concepción hasta su muerte natural?", cuestionó el Papa.
"Es necesario resistir a toda tendencia que considere la religión como un hecho privado. Sólo cuando la fe impregna cada aspecto de la vida, los cristianos se abren verdaderamente a la fuerza transformadora del Evangelio", precisó el Santo Padre.
Ante el materialismo