ROMA,
El Cardenal Renato Raffaele Martino, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, señaló que "trabajar por el desarme significa promover una cultura de paz preventiva, capaz de prevenir desde el origen las causas que pueden degenerar la convivencia humana en el escándalo de la guerra".
Así lo expresó el Purpurado en la inauguración del Seminario Internacional sobre el tema "Desarme, Desarrollo y Paz: Perspectivas para un desarme integral" que se realiza desde el 11 de abril en el Palacio San Calixto en Roma. En su alocución, el Cardenal explicó que todo hombre "es un potencial artífice del desarme si tiene el coraje de desarmar el propio corazón".
Todos los hombres, continuó, están llamados a "ser operadores de paz, en la propia vida y luego en el mundo". Esta cultura de paz, añadió, "debería ser adquirida primero que nada por los responsables de las instituciones nacionales e internacionales llamados a afinar el diálogo, la confianza mutua y los instrumentos diplomáticos para la prevención y resolución pacífica de las controversias".
El Cardenal Martino recordó luego el importante papel que juegan las grandes religiones "llamadas a converger en la defensa del valor de la dignidad y la vida humana, y a promover una verdadera y adecuada pedagogía de la paz".
Según el "principio de suficiencia", precisó, los estados tienen el "derecho de un armamento estrictamente necesario para la legítima defensa"; sin embargo, advirtió, "no se puede justificar, menos en el plano moral, ni en el jurídico, cualquier acumulación excesiva de armas o su comercio generalizado".
Recordando a Pablo VI, el Purpurado subrayó que "el desarrollo es el nuevo nombre de la paz". Este desarrollo, finalizó, no puede ser solo material sino también y sobre todo, cultural, moral y espiritual "con lo que la humanidad tendrá ante sí el camino que conduce a una paz auténtica y duradera".