ROMA,
El Obispo de Vittorio Veneto, Mons. Corrado Pizziolo, presidió hoy los funerales de Paola Bredda, una madre coraje de 38 años de edad, que rechazó someterse a un tratamiento contra el cáncer para salvar la vida del bebé que llevaba en el vientre.
Una gran cantidad de feligreses llegó a la Catedral de Pieve di Soligo, Treviso, para despedir a Paola, cuyo testimonio de amor maternal ha conmovido a la sociedad italiana. Su muerte –ocurrida ayer– fue noticia para el diario oficioso del Vaticano L’Osservatore Romano.
Paola Bredda murió en la casa de sus padres, donde decidió transcurrir sus últimos días junto a su esposo Loris Amodei, su hija Ilaria de tres años, y el pequeño Nicola, el niño por el que decidió no someterse a un tratamiento contra el cáncer de seno que padecía.
Paola estaba embarazada de seis meses cuando le diagnosticaron un tumor en el seno.
Ella –que había perdido a su primer bebé– decidió continuar con su embarazo y postergar el tratamiento, para evitar que su hijo muriera. Nicola nació a los ocho meses de gestación y ya tiene 17 meses de vida. Paola fue operada después de dar a luz pero hace unas semanas tuvo una recaída.