VATICANO,
Al presidir el rezo del Regina Coeli, el Papa Benedicto XVI explicó que “el drama de los discípulos de Emaús” refleja la situación de los cristianos que en este tiempo atraviesan una crisis de fe y aseguró que también Jesús acompaña a los creyentes en este “camino de purificación”.
El Pontífice explicó que “la localidad de Emaús no ha sido identificada con certeza” y esto “nos permite pensar que Emaús representa en realidad todo lugar: el camino que conduce allí es el camino de todo cristiano; es más, el camino de cada hombre”.
Señaló que “en nuestros caminos Jesús Resucitado se hace compañero de viaje para encender en nuestros corazones el calor de la fe y de la esperanza y partir el pan de la vida eterna”.
El Santo Padre agregó que para los discípulos de Emaús “ya todo ha terminado. También Jesús de Nazaret, que se había demostrado profeta poderoso en obras y en palabras, ha fracasado, y nos hemos quedado desilusionados”.
“Este drama de los discípulos de Emaús aparece como un reflejo de la situación de muchos cristianos de nuestro tiempo. Parece que la esperanza de la fe ha fracasado. La propia fe entra en crisis, a causa de experiencias negativas que nos hacen sentir abandonados por el Señor”, reconoció el Papa.
Sin embargo, aclaró que este camino de Emaús recorrido por los hombres de hoy “puede convertirse en camino de purificación y maduración de nuestra fe en Dios; también hoy podemos entrar en diálogo con Jesús, escuchando su Palabra; también hoy parte el pan para nosotros y se nos da a Sí mismo como nuestro pan. Y así el encuentro con Cristo Resucitado, que es posible también hoy, nos da una fe más profunda y auténtica, templada, por así decirlo, a través del fuego del acontecimiento pascual; una fe robusta porque se nutre no de ideas humanas, sino de la Palabra de Dios y de su presencia real en la Eucaristía”.