VATICANO,
Al presidir una liturgia penitencial con los jóvenes de Roma en preparación de la 23º Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Benedicto XVI advirtió que "aparentemente el hombre no ha perdido nada", refiriéndose a la situación contemporánea, "pero le falta el alma y con ésta le falta todo".
"El ser humano no puede tirar su alma, dado que es la que lo hace persona y sin embargo, tiene la espantosa posibilidad de ser inhumano, de seguir siendo persona vendiendo y perdiendo al mismo tiempo su propia humanidad", indicó el Pontífice recordando una de sus meditaciones de Pentecostés cuando era Arzobispo de Munich y Freising, inspirada en la película "Seelenwanderung".
En este filme, uno de los personajes vende su alma a cambio del éxito. "Desde el momento en que se libró de su alma no tuvo miramientos ni humanidad demostrando, de forma impresionante, cómo detrás de la fachada del éxito se esconde a menudo una existencia vacía", indicó.
Asimismo, explicó que "la distancia entre la persona humana y el ser inhumano es inmensa y, no obstante, no se puede demostrar; es lo más esencial y aparentemente no tiene importancia", y precisó que también el Espíritu Santo "no se ve a simple vista. Si penetra o no en la persona, no se puede ver ni demostrar, pero cambia y renueva la entera perspectiva de la existencia. El Espíritu Santo no cambia las situaciones exteriores de la vida, sino las internas".
"Preparémonos pues con un sincero examen de conciencia a presentarnos a aquellos a quienes Cristo confió el ministerio de la reconciliación. Sentiremos así la alegría verdadera: la que se deriva de la misericordia de Dios, llega a nuestros corazones y nos reconcilia con Él. Sed portadores de esta alegría que viene de acoger los dones del Espíritu Santo, dando en vuestra vida testimonio de sus frutos", indicó.
El Santo Padre reflexionó sobre el tema de la JMJ que se celebrará del 15 al 20 de julio en Sydney (Australia): "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y seréis mis testigos".