LA HABANA,
En una emotiva carta dirigida a los Obispos de Cuba y leída por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, el Papa Benedicto XVI exhortó a los Pastores de la Isla a impulsar la nueva evangelización, una tarea pastoral que cuenta con el apoyo del Pontífice y el aliento de todas las comunidades "diseminadas por el mundo entero".
"'El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo' (Rm 15,13). Estas palabras del Apóstol resuenan de nuevo entre vosotros al celebrar con emoción la memorable visita del Siervo de Dios Juan Pablo II a tierras cubanas", dice la carta papal, leída por el Cardenal Bertone, durante el encuentro con la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) en la Casa Sacerdotal San Juan María Vianney de La Habana.
"El anuncio del Evangelio de Cristo sigue encontrando en Cuba corazones bien dispuestos para acogerlo, lo que conlleva una responsabilidad constante para ayudarles a crecer en la vida espiritual, proponiéndoles ese 'alto grado de la vida cristiana ordinaria' propio de la vocación a la santidad de todo bautizado. Anunciar la recta doctrina, iniciar en la escucha y profundización de la Palabra de Dios, promover la participación en los sacramentos y fomentar la vida de oración, son metas primarias de la acción pastoral, pues llevar a todos la salvación de Cristo es el núcleo mismo de la misión de la Iglesia", agrega el Santo Padre.
Benedicto XVI reconoce que "en ocasiones, algunas comunidades cristianas se ven abrumadas por las dificultades, por la escasez de recursos, la indiferencia o incluso el recelo, que pueden inducir al desánimo".
Pero "en estos casos, el buen discípulo se verá confortado por las palabras del Maestro: 'No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino' (Lc 12, 32). El creyente sabe que siempre puede poner su esperanza en Cristo Jesús, nuestro Señor, que no defrauda (cf. 1 Ts 1,3) y colma de alegría su corazón (cf. 1 P 1,6), dando sentido y fecundidad a su vida de fe".
El Santo Padre recuerda que "una pequeña luz puede iluminar toda la casa, la levadura es poca cosa, pero hace fermentar toda la masa"; y por eso señala que "pequeños gestos de amistad y buena voluntad, gestos sencillos y cotidianos de respeto, atención al que sufre o entrega desinteresada al bien de los demás, hacen entrever el amor sin límites de Dios por todos y cada uno".