VATICANO,
Al reflexionar sobre el pasaje de la Transfiguración del Señor durante la oración del Ángelus de este domingo al mediodía, el Papa Benedicto XVI propuso este pasaje, junto al del primer domingo de Cuaresma, como los “pilares” de este tiempo y de toda la vida cristiana.
“Prosiguiendo el camino penitencial, la liturgia, después de habernos presentado el domingo pasado las tentaciones de Jesús en el desierto, nos invita a reflexionar sobre el evento extraordinario de la Transfiguración en el monte”, dijo el Pontífice.
El Papa señaló que mientras el pasaje de la tentación es “preludio del gran duelo final de la Pasión, la Transfiguración “anticipa la gloria de la Resurrección”.
Por un lado “vemos a Jesús plenamente hombre”, por otro; “contemplamos al Hijo de Dios, que diviniza nuestra humanidad”.
“De esta manera –prosiguió- podemos decir que estos dos domingos fungen de columnas sobre las cuales se apoya todo el edificio de la Cuaresma hasta la Pascua, e incluso toda la estructura de la vida cristiana, que consiste esencialmente en el dinamismo pascual: de la muerte a la vida”.
El monte Tabor, explicó el Santo Padre, “es el lugar elevado respecto a la existencia cotidiana, donde se respira el aire puro de la creación”. “Es el lugar de la oración, donde se está en la presencia del Señor”, agregó.