VATICANO,
La descristianización de Europa es un proceso acelerado y dramático, pero no irreversible, señaló el fin de semana el Cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, durante una conferencia pronunciada en el Centro cultural Saint-Louis de France en Roma.
Dirigiéndose a los participantes del Congreso sobre "El Futuro del Cristianismo en Occidente", el Cardenal Tauran comenzó su reflexión recordando los libros recientemente publicados por diversos intelectuales europeos que apuntan las deficiencias de la Iglesia y del cristianismo que, desde un punto de vista histórico, parecen convertir en inevitable la total descristianización de Occidente.
Sin embargo, "a la Iglesia la han sepultado muchas veces", dijo el Purpurado, al recordar el ejemplo de Frederick Nietzsche, que declaraba "el fin del tiempo de las religiones", hasta "los totalitarismos del siglo pasado que afirmaron lo mismo".
También "existen sociólogos y algunos pensadores que se complacen en describir el cristianismo del mañana sin juventud, dividido, minado por el repliegue de su identidad, que sucumbe a los golpes del ariete de las nuevas religiones acomodadas o a nuevas y antiguas formas de incredulidad y de ateísmo".
El Cardenal Tauran reconoció la realidad de los signos preocupantes en Occidente: "muy pocos jóvenes occidentales tienen un contacto regular con las iglesias, un gran número de niños crece sin jamás haber abierto la Biblia, sin conocer los ritos cristianos, sin saber que se puede rezar a Dios..."
"Sin embargo- agregó- el fenómeno religioso está lejos de desaparecer. Y los cristianos no han renunciado a su tarea", porque "este cristianismo aparentemente moribundo muestra una sorprendente vitalidad y reserva aún muchas sorpresas", agregó.