VATICANO,
Al recibir esta mañana a los participantes del Congreso Internacional "Mujer y Varón, el humanum en su integridad", organizado por el Pontificio Consejo para los Laicos con ocasión del XX Aniversario de la Carta Apostólica de Juan Pablo II Mulieris dignitatem, el Papa Benedicto XVI destacó la complementariedad del varón y la mujer, una de cuyas expresiones más importantes es la familia natural.
“El tema sobre el que estáis reflexionan es de gran actualidad”, dijo el Pontífice, al destacar que “desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy, el movimiento de valorización de la mujer en las diversas instancias de la vida social a suscitado innumerables reflexiones y debates, y ha visto la multiplicación de numerosas iniciativas que la Iglesia católica ha acompañado frecuentemente con atención e interés”.
El Santo Padre destacó luego que “la relación varón-mujer en su respectiva especificidad, reciprocidad y complementariedad constituye sin lugar a dudas un punto central de la ‘cuestión antropológica’, tan decisiva en la cultura contemporánea”.
Tras citar a su Predecesor, que en la Mulieris dignitatem invitaba a “evitar tanto una uniformidad indistinta y una paridad aplanadora y empobrecedora, como una diferencia abismal y conflictiva’, el Pontífice señaló que es necesaria una renovada investigación antropológica que, sobre la base de la gran tradición cristiana, incorpore los nuevos progresos de las ciencias y el dato de las sensibilidades culturales actuales, contribuyendo de esta manera a profundizar no sólo la identidad femenina sino también la masculina, también ésta no raramente objeto de reflexiones parciales e ideológicas”.
“Frente a corrientes culturales y políticas que buscan eliminar, o al menos ofuscar y confundir, las diferencias sexuales inscritas en la naturaleza humana considerándolas una construcción cultural, es necesario remitir al diseño de Dios que ha creado el ser humano masculino y femenino, con una unidad y al mismo tiempo una diferencia originaria y complementaria”, destacó el Pontífice.
Benedicto XVI recordó luego que “Dios confía a la mujer y al varón, según sus propias particularidades, una especifica vocación y misión en la Iglesia y en el mundo. Pienso aquí en la familia, comunidad de amor abierta a la vida, célula fundamental de la sociedad. En ella la mujer y el varón, gracias al don de la maternidad y la paternidad, desarrollan juntos un papel insustituible frente al tema de la vida”.