MÉXICO D.F.,
En una extensa Carta Pastoral, el Arzobispo del famoso balneario de Acapulco y los demás obispos del estado mexicano de Guerrero lanzaron un dramático llamado a poner fin al creciente flagelo del crimen organizado en la región.
"En los últimos años –dice la carta– se ha recrudecido en nuestra región la violencia causada por organizaciones criminales". Esta violencia, agregan "está marcada por la crueldad, por el ajuste de cuentas, por la exhibición de poder y por la intención de intimidar a los rivales y a toda la sociedad".
Los obispos señalan que "además del atraso económico, político y social que estigmatiza la vida de los guerrerenses, tenemos que reconocer la presencia y la actuación del crimen organizado que hace más difícil aún la vida de los habitantes de esta región".
El documento identifica "algunas de las actividades más comunes de estas organizaciones criminales: el narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, el lavado de dinero, el robo de autos y las ejecuciones".
Al respecto, señalan que "el narcotráfico es una de las formas más antiguas y difundidas del crimen organizado en nuestra región. Desde hace aproximadamente cuatro décadas ya se promovía el cultivo de drogas en el campo guerrerense al tiempo que se iban tejiendo redes de traficantes contando con las correspondientes complicidades oficiales". "Se presume que en algunas regiones, los narcotraficantes han llegado a tener en sus manos el poder económico y que van ahora por el poder político", advierten.
Tras hablar del secuestro y de las ejecuciones, los obispos advierten contra la trata de personas "un delito contra los derechos humanos considerado como la esclavitud del siglo XXI"; y el lavado de dinero.