ROMA,
La reconciliación de todos los cristianos fue el hilo conductor de la vida de fe de Paul Wattson, el líder episcopaliano (rama anglicana de EEUU) fundador de la "Society of Atonement" (Comunidad de los hermanos y hermanas de la Penitencia), quien inició el octavario por la unidad de los cristianos en 1907 y que finalmente se convirtiera al catolicismo junto con los miembros de su comunidad.
Según relata en un extenso artículo en el diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, James F. Puglisi, actual Ministro general de la comunidad fundada por Wattson, este importante converso del anglicanismo llegó a la conclusión de que en torno a la reconciliación debía girar este nuevo grupo que fundaría años más tarde, tras leer el capítulo 5, versículo 11 de la Carta de San Pablo a los romanos: "Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación".
"La nueva comunidad, fundada en el seno de la iglesia episcopaliana, debía desarrollar el ministerio de la reconciliación, es decir oración y acción por la reconciliación de los cristianos y sus iglesias para hacerla 'una', como don de Cristo a la Iglesia, por obra del Espíritu Santo. Esto era lo que el padre Wattson tenía en mente en 1893", cuenta Puglisi.
En los años posteriores, Wattson mantendría una intensa correspondencia con Lurana White, co-fundadora en 1898 de la Society of Atonement, a quien conocería años más tarde y a quien le explica "su sueño de fundar una comunidad religiosa" bajo la inspiración de San Francisco que "tendría como objetivo la unidad de los cristianos y la obra misionera", prosigue Puglisi.
Ese mismo año deciden comenzar su obra en la ciudad de Garrison. El 15 de diciembre de 1898 se abre la casa para las hermanas y asumen esta fecha como la de la fundación de la comunidad. "El padre Wattson hizo sus votos con el nombre de Paul. Lo mismo hizo White, quien conservó su nombre de bautismo, Lurana", añade Puglisi.
"Su vocación era ciertamente la unidad de la Iglesia según las palabras de Jesús 'que todos sean uno'. Pero tal convicción debía concretizarse según su modo de entender la Iglesia teniendo en cuenta su fe en la Iglesia de Roma. Para el padre Paul y la madre Lurana, la única Iglesia de Cristo encontraba su continuación en la Iglesia Católica, en la comunión anglicana y en la Iglesia Ortodoxa", continúa Puglisi. Para ambos "la Sede de Roma representaba, por voluntad divina, el centro de la unidad de la Iglesia", añade.