ROMA,
Tras la suspensión de su visita a la Universidad La Sapienza de Roma, más de cien mil personas se reunieron en la Plaza de San Pedro para expresarle su solidaridad al Papa Benedicto XVI durante el Ángelus dominical. Pese a la distancia, muchos misioneros de distintas partes del mundo también hicieron sentir su apoyo al Pontífice
L'Osservatore Romano da cuenta de algunos de estos testimonios como el del P. Eugenio Elías, misioneros del Verbo Encarnado, quien desde Túnez comenta que "el grave incidente de La Sapienza resulta por lo menos inconcebible para todos". "Los fieles reunidos en la Catedral fueron informados de los sucedido y se les pidió rezar por el Santo Padre y por una Europa que hoy se muestra desorientada, e invitados a no dejar de trabajar por la paz de los hombres", indica.
"Nutrimos la fuerte esperanza que, como sucedió con el discurso de Ratisbona, esto sirva providencialmente a despertar tantos espíritus adormecidos. Que como ahora el sufrimiento debido a la incomprensión ceda el paso a una consciencia más profunda y lúcida sobre la urgencia que tenemos del 'coraje para abrirse a la amplitud de la razón' que incansablemente recuerda nuestro Papa", invita el sacerdote.
Asimismo, desde China, en donde la comunidad católica se reunión ayer a las 7:00 pm, hora local correspondiente al mediodía italiano, también han expresado su cercanía al Pontífice. Un sacerdote de Pekín explica que "hemos respondido voluntariamente al llamado hecho por el Cardenal Ruini y hemos participado espiritualmente en el Ángelus con el Papa pese a las diferencias horarias, porque nosotros queremos al Papa".
"El rechazo al Papa es inconcebible para nosotros, aún más porque viene de parte de intelectuales. Esto es muy difícil de entender todavía", añade.
"Escuchar al Papa en persona es un don y un privilegio con el que muchos ciudadanos de Tailandia sueñan", dice a su turno el P. Giovanni Lissandrin, misionero salesiano que sirve en el sur de ese país. "Como sacerdote me ha sorprendido la frustradas visita a La Sapienza, especialmente porque se trata de una universidad famosa, que debería estar abierta a los desafíos del pensamiento y el debate. Que todo haya sucedido en un país como Italia, de antigua tradición cristiana, y en la ciudad de Roma, me sorprende más. Sabemos que Benedicto XVI es uno de los mejores intelectuales del mundo contemporáneo y todos queremos escucharlo porque el Papa sabe donde resuena el corazón del hombre", dice el P. Lissandrin.