ROMA,
"No vengo a imponer la fe, pero sí a pedir el coraje para la verdad", esas eran las palabras con las que el Papa Benedicto XVI habría iniciado su discurso mañana en la Universidad La Sapienza en Roma, cuya visita fue suspendida tras las amenazas de un grupo de estudiantes de perturbar el evento.
"¿Qué tendría que hacer o decir el Papa en la Universidad? Ciertamente no imponer de modo autoritario la fe a otros, que solo puede darse a otros en libertad", escribió Benedicto XVI en el discurso que hubiera pronunciado mañana en esta universidad fundada en 1303 por otro Papa, Bonifacio VIII, que ha sido publicado completo en la edición diaria de L'Osservatore Romano.
"La Sapienza fue alguna vez la Universidad del Papa pero hoy es una universidad secular con la autonomía que ha sido parte de la naturaleza de cualquier universidad, comprometida solo a la autoridad de la verdad".
"En su libertad de las autoridades civiles o eclesiásticas, la universidad encuentra su rol particular, incluso para la sociedad moderna, que necesitan tal institución", decía el Pontífice.
En su discurso, el Papa Benedicto también se pronuncia a favor de la posibilidad de probar la verdad religiosa. "Muchas cosas dichas por los teólogos a lo largo de nuestra historia o incluso convertidas en parte de la práctica por autoridades de la Iglesia, han sido luego señaladas como falsas por la historia. Sin embargo, es cierto que la historia de los santos, la historia del humanismo creciente en las fundaciones de la fe cristiana demuestra que la verdad de esta fe en su corazón esencial, dándole así un rol en la razón pública", escribió el Pontífice.
El Santo Padre advierte también de un creciente peligro en la civilización occidental: "que es el hecho que el hombre, precisamente por la grandeza de su conocimiento y poder, puede rendirse frente a la pregunta sobre la verdad. Y eso significa al mismo tiempo que la razón, al final, se doblega ante la presión de los intereses y la búsqueda de la utilidad y hace de ésta su ultimo y decisivo criterio".