Una de las seis diócesis pertenecientes a la comunión anglicana en California anunció su separación de la Iglesia Episcopaliana por desacuerdos con la rama estadounidense del anglicanismo.
Los delegados de la diócesis de San Joaquín votaron mayoritariamente por la separación y su unión a la Iglesia Anglicana del Cono Sur de América Latina, que no apoya la agenda liberal que ha caracterizado a la rama estadounidense.
"Durante más de 20 años hemos visto a la Iglesia Episcopal extraviarse", dijo el obispo episcopaliano de San Joaquín, John-David Schofield, antes de la votación y consideró que esta situación ha contribuido a la deserción de más de un millón de norteamericanos al episcopalismo.
"No hay duda de que lo que vemos hoy será calificado de cisma. Pero retirarse de un dispositivo unitario que deforma la palabra de Dios debería ser calificado de realineación", agregó.
La separación ocurrió pese a que en septiembre, en un intento por evitar un inminente cisma en la comunidad anglicana, los líderes de la iglesia Episcopaliana, aceptaran suspender las ordenaciones de obispos homosexuales y las bendiciones de uniones entre personas del mismo sexo.
La ordenación del primer obispo episcopaliano abiertamente homosexual ocurrió en el año 2003 en New Hampshire, Estados Unidos, y causó profundas heridas en esta comunidad.