MADRID,
La Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida emitió un mensaje en el que alentó el fortalecimiento de la identidad cristiana de las familias en España y destacó los retos que se les presentan al comienzo del tercer milenio como la necesidad de una renovada iniciación cristiana y la educación en católico de los hijos.
Al celebrarse este 30 de diciembre la Jornada de Familia y Vida, los obispos españoles dieron a conocer la nota titulada "Sin embargo, nuestra ciudadanía está en el Cielo (Flp 3,20) en la que recuerdan que "estas palabras de San Pablo nos invitan a considerar una verdad profunda de nuestra vida cristiana y familiar".
Tras poner de ejemplo a las familias de los 498 mártires beatificados el pasado 28 de noviembre, los prelados indican que "también hoy las familias pueden, con la ayuda de Dios y con su testimonio de vida, educar cristianos cuya santidad ilumine el comienzo de este tercer milenio".
Tras advertir que "nos encontramos ante un debilitamiento de la identidad cristiana, que también afecta a las familias", los obispos resaltan dos rasgos de esta identidad: "el primero es la integración de fe y vida. La fe no puede reducirse a una experiencia privada, extraña por tanto a la vida familiar. La fe debe penetrar en la vida de cada uno y en la vida de la familia, manifestándose por consiguiente en todas las dimensiones de la existencia".
"El segundo rasgo que queremos destacar es la inserción en la comunidad eclesial. No hay familia cristiana al margen de la Iglesia. Para esta integración es fundamental el desarrollo de la pastoral familiar, de modo que nuestras comunidades parroquiales sean cada vez más una ‘familia de familias cristianas’, donde la familia entera pueda participar en la Eucaristía dominical, fuente y cumbre de la vida parroquial", agregan.
Seguidamente explican algunos retos actuales para las familias en relación a su identidad cristiana. "Para tener matrimonios y familias cristianas necesitamos formar primeramente cristianos. Estos se forman en la iniciación cristiana. En la celebración del sacramento del Matrimonio nos encontramos frecuentemente personas con una fe muy débil, cuya iniciación cristiana no ha sido suficiente", dicen los obispos españoles.