VATICANO,
Antes de rezar el Ángelus este mediodía, el Papa Benedicto XVI resaltó el llamado a la conversión que continúa haciendo Juan Bautista a los “hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista”.
Ante miles de feligreses que se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro este mediodía para la oración mariana, el Santo Padre reflexionó en la lectura del Evangelio de la Misa de este segundo Domingo de Adviento señalando que este llamado es una invitación a “abrir el corazón y a acoger al Hijo de Dios que viene en medio de nosotros para manifestar la justicia divina”.
“El Padre –escribe el evangelista Juan– no enjuicia a nadie, pero ha dado al Hijo el poder de enjuiciar, porque es Hijo del hombre. Y es hoy, en el presente, que se juega nuestro destino futuro; es con el comportamiento concreto que tengamos en esta vida que decidimos nuestra suerte eterna”, dijo el Pontífice.
Al respecto indicó que “al final de nuestros días sobre la tierra, al momento de la muerte, seremos valorados según nuestra semejanza o no con el Niño que está por nacer en la pobre gruta de Belén, porque Él es el criterio de medida que Dios ha dado a la humanidad”.
Más adelante, el Papa explicó que “el Padre celestial, que en el nacimiento de su Hijo Unigénito ha manifestado su amor misericordioso, nos llama a seguir sus huellas haciendo, como Él, de nuestras existencia un don de amor. Y los frutos del amor son aquellos ‘dignos frutos de conversión’ a los que se refiere san Juan Bautista”.
Al finalizar su alocución antes del Ángelus, el Papa señaló que “mediante el Evangelio, Juan Bautista continúa hablando a través de los siglos, a cada generación”.