ROMA,
El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, denunció la "lógica de la usura" que está detrás de las renegociaciones de la deuda externa de muchos países pobres pues se ha hecho "con criterios de una política de endeudamiento perpetuo", de tal modo que "las exacciones para el pago de la deuda se convierten en un rubro estructural del gasto público del estado". Ante ello propone una "reforma del sistema financiero internacional".
Así lo señaló en su reflexión televisiva semanal "Claves para un Mundo Mejor", esta vez desde Roma, en la que comentó su intervención en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz reunida con motivo del 40º aniversario de la Encíclica Populorum Progressio del Papa Pablo VI.
Destacó que al comentar en dicho encuentro el parágrafo 54 del documento de 1967 donde se advierte "sobre la ayuda que requerían los países en vía de desarrollo y las condiciones de esa ayuda para que esta no se convirtiera en una carga que frustrara finalmente los beneficios de aquello con lo cual se los quería favorecer", propuso "considerar el problema de la deuda desde la perspectiva teológica y pastoral de la usura".
"Usura –explicó el Prelado argentino– no es solamente la aplicación de intereses desmedidos sino que se verifica esta figura moral negativa cuando un deudor se encuentra de tal manera atrapado en el mecanismo del débito que nunca puede dejar de ser deudor. Esta es la situación de los países que van renegociando su deuda es decir: viven pagando y probablemente morirán debiendo", afirmó.
El Arzobispo señaló que "el gran problema" de la "deuda llamada externa de esos países que fueron muchas veces tentados y otras incitados a tomar préstamos" es que se convirtieron "en una carga insoportable, en una rémora para su desarrollo y muchas veces también con consecuencias fatales de empobrecimiento general de sus poblaciones".
En muchos casos –prosiguió– se ha renegociado esta deuda "con criterios de una política de endeudamiento perpetuo".