VATICANO,
En el segundo consistorio de su pontificado, celebrado esta mañana en la Basílica de San Pedro, el Papa Benedicto XVI creó 23 nuevos cardenales, entre ellos tres españoles, dos argentinos, un mexicano y un brasileño, resaltando que la dignidad conferida a los purpurados está lejos de la búsqueda del poder y el éxito, pues la grandeza cristiana “no está en dominar sino en servir”.
En el Consistorio Público Ordinario, el Santo Padre entregó el capelo cardenalicio a los arzobispos españoles de Valencia y Barcelona, Agustín García Gasco y Luis Martínez Sistach, respectivamente; al ex Rector de la Universidad Gregoriana de Roma, el jesuita español Urbano Navarrete; a los arzobispos argentinos Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y Stanislaw Esteban Karlic, emérito de Paraná; al Arzobispo de Monterrey (México), Francisco Robles Ortega; y al Arzobispo de Sao Paulo (Brasil), Odilio Pedro Scherer.
La ceremonia, que por razones climatológicas se llevó a cabo en la basílica vaticana y no en la plaza de San Pedro como inicialmente estaba programada, fue presenciada desde su interior por unas siete mil personas y seguida desde el exterior por otras 20 mil.
Tras el saludo litúrgico, el Pontífice leyó la fórmula de creación de cardenales y proclamó solemnemente sus nombres. Seguidamente pronunció una homilía en la que resaltó que los nuevos purpurados provienen de los cinco continentes, lo que resalta la “universalidad de la Iglesia”.
Dirigiéndose a los nuevos purpurados, Benedicto XVI recordó que “todo verdadero discípulo de Cristo debe aspirar a una sola cosa: compartir su pasión, sin pedir recompensa alguna”.
“El cristiano está llamado a asumir la condición de “siervo” siguiendo las huellas de Jesús, gastando su vida por los otros en modo gratuito y desinteresado. No la búsqueda del poder y del éxito, sino el humilde don de sí por el bien de la Iglesia es lo que debe caracterizar cada uno de nuestros gestos y cada una de nuestras palabras”, subrayó.